Abigail Mendoza y su sabor mexicano, para el mundo

Originaria de Teotitlán del Valle, Oaxaca, la también tejedora de tapetes, Abigail Mendoza, ha llevado la comida zapoteca, como el chocolate, el nicoatole, la segueza, organillo de nopal, las tlayudas y los tamales de mole amarillo, servidos en totomoxtle, a países como Francia, Estados Unidos y España. Tan distinguidos han sido sus guisos que, en 1993, su restaurante Tlamanali –inaugurado en 1990– fue considerado por el diario The New York Times como uno de los diez mejores del mundo.

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“Gracias a los dioses que me dijeron: ahí tienes tu metate, es un regalo, estoy aquí. Son cosas fuertes que me han pasado. Podría decir que sobrenaturales. No sé si se nace para estar en la cocina. Eso se lo dejo a las personas que lo pueden interpretar como quieran. Pero necesitan conocerme en mi restaurante para decirles quién soy. Para encontrar mi sabor he necesitado toda una vida.”Abigail Mendoza

Desde muy pequeña, Abigail conoció la cocina y sus elementos: las texturas, los sabores, los olores y los colores de las yerbas, los granos, las frutas, las carnes, las especies. Como todas las niñas de su comunidad, se inició en este ambiente, barriendo la cocina, limpiando los braceros de leña, y a los cinco años empezó a preparar la molienda para el metate.

A los 13 años ya sabía preparar el tejate, la “bebida de los dioses”, hecha con maíz y cacao que –se dice– se servía en ceremoniales prehispánicos. Pero su interés la llevó a conocer cómo hacer comidas de fiestas, día de muertos, bodas, mayordomías y, más adelante, se aventuró a innovar, a incorporar elementos naturales y a darlos a conocer al mundo.

Fue una de las representantes de México ante la «Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura» (UNESCO), en París, cuando se postuló a la comida mexicana como candidata a ser patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, lo cual se logró en agosto de 2010.

Abigail sirvió el chocolate-atole junto con el nicoatole (la gelatina oaxaqueña), como postre, y contribuyó así, a que la comida tradicional mexicana fuera considerada por la UNESCO como Modelo Cultural Completo, que comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos prácticos antiguos, técnicas culinarias, costumbres, y modos de comportamiento comunitarios, ancestrales.

Hoy en día, Abigail se dedica a dar a conocer al mundo un poco de la cultura zapoteca, y asiste a congresos gastronómicos por todo el mundo. Es una mujer ansiosa de compartir sus tradiciones, y consciente de la importancia que tiene el dejar un legado material de su cultura. Actualmente, es una de las Embajadoras 2015 de la iniciativa social, educativa y cultural, Celebrando México y eso la llena de orgullo.

 “Desde niña me ha emocionado cocinar y poder ver que la gente goza con lo que yo hago, por eso, es un orgullo poder representar ante el mundo a la gastronomía nacional y todo lo que podemos servir en nuestras cocinas.

@ExitoFem

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