El 19 de septiembre será un día inolvidable para México, pues es día de luto por los terremotos ocurridos en el año de 1985 y, durante el año en curso, 2017. El terremoto más reciente dejó un saldo de 369 personas fallecidas, en total, de las cuales 228 murieron en la Ciudad de México.
Miles de personas acudieron a ayudar y a organizar brigadas para recoger escombros y rescatar personas y cuerpos de los edificios derrumbados. Si bien fue una tragedia la que se vivió, también estuvo llena de luz por la solidaridad de los mexicanos, y la ayuda que mandaron a México, países extranjeros.
Es una noticia lamentable la cifra, que indica que la mayoría de personas afectadas fueron mujeres. Según Animal Político, de las 228 muertes, 128 son de mujeres y 78 son de hombres. Esto se debe a muchas causas, un estudio realizado, por el cual asegura que los desastres naturales tienen un impacto negativo mayor sobre las mujeres que sobre los hombres. Sin embargo, también hay causas que denotan la desigualdad de género que existe, pues se ve reflejado en que más mujeres se encontraban en sus casas durante el terremoto, ya que casi la mitad de los derrumbes fueron de casas habitación. Según datos del INEGI, las mujeres realizan el 77% de las labores domésticas y de cuidados de personas. Además de que aún no existen políticas laborales, que faciliten a las personas equilibrar el trabajo con las labores del hogar. Asimismo, también hubo mujeres que murieron en una casa, laborando como trabajadoras del hogar.
Tampoco podemos olvidar el caso de las trabajadoras del edificio Bolívar, en Chimalpopoca, quienes se dedicaban a la industria textil. Según cifras oficiales, en ese lugar laboraban 49 trabajadores, de los cuales 15 perdieron la vida, 12 cuerpos de sexo femenino y 3 de sexo masculino. Lo lamentable es la situación en la que vivían estas personas, pues se estima que ganaban menos de $2,000 mensuales, además de que no todas las trabajadoras estaban inscritas en el Seguro Social y, dado que la mayoría eran asiáticas, ni siquiera contaban con permiso de trabajo.
No obstante, así como la gran mayoría de afectados fueron mujeres, también hubo muchas mujeres que estuvieron involucradas en las labores de rescate y como brigadistas, así como autoridades, bomberas, ingenieras y activistas. Hasta hubo una brigada especial conformada por mujeres, llamada Brigada Feminista, cuya labor fue ayudar y rescatar a personas de escasos recursos. Sus esfuerzos se volcaron en la fábrica derrumbada en la colonia Obrera, sabiendo que ahí la mayoría de sus empleados eran de sexo femenino y de situación precaria. Llegaron mujeres de todos lados a ayudar, con equipo y herramientas, a quitar escombros.
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