Aunque nos encontremos en pleno sigo XXI, algunas cosas aún no han cambiado, las mujeres seguimos siendo etiquetadas como el “sexo débil” pero la verdad, las críticas no nos preocupan, solo nos impulsan a trabajar más fuerte para demostrar que no somos como todos piensan. Las mujeres que nos antecedieron en esta lucha, dieron su vida porque hoy tengamos igualdad, y no debemos dejar que su sacrificio se vea ignorado, debemos de seguir luchando por destruir los estereotipos que aún nos rodean.

Estos son algunos de ellos:

Las mujeres son malas para el deporte

Desde siempre, se ha considerado que el deporte debía de ser una actividad exclusivamente masculina, existían pocas disciplinas en las que la mujer podía participar, pero eran menos intensas y más delicadas, poco a poco, debido a los movimientos feministas, se logró incluir a las mujeres en los deportes de alto rendimiento, asumiendo mayor protagonismo, y hasta ahora hemos logrado un lugar en cada una de las 41 disciplinas deportivas que forman parte de las olimpiadas. Las olimpiadas de Río de Janeiro han sido el escenario donde más afluencia de competidoras ha habido, con un total de 4,700 atletas femeninas.

Las mujeres no pueden liderar una compañía

La Organización Internacional del Trabajo, publicó un informe que subraya un incremento de la proporción de mujeres en puestos directivos. El informe muestra un vínculo entre liderazgo femenino y rendimiento empresarial. El número de mujeres en puestos directivos, de mediano y alto nivel, ha aumentado en los últimos 20 años; el informe revela que, en 80 de los 108 países donde se obtuvieron datos, la proporción de mujeres gerentes, cobró impulso en las dos últimas décadas, demostrando que tenemos lo necesario para alcanzar nuestros sueños.

Las mujeres deben de tener una figura perfecta

La moda y la publicidad, han ido marcando sus estereotipos de belleza a lo largo del tiempo, creando un modelo de mujer que, en ninguna de sus manifestaciones, se ajusta a la mujer real, pero es la misma moda la que hoy nos da un giro de 360°, para cambiar la manera en que vemos la belleza. Costó tiempo y esfuerzo, pero al fin podemos ver desfilar a modelos de tallas XL, como Ashley Graham, en las pasarelas de la semana de la moda en Nueva York; campañas de lencería con mujeres y cuerpos reales; líneas de ropa que se ajustan a todas las tallas, y la prohibición de modelos extremadamente delgadas en las marquesinas. Cada mujer es diferente, no tenemos por qué querer ser todas iguales, si nuestra identidad es lo que nos define.

@ExitoFem