“Abuelas solares”

Oaxaca es uno de los estados más bellos de la República Mexicana, lamentablemente, uno de los más pobres y con más deficiencias también. Las comunidades rurales de su población viven con escasez de servicios indispensables, como agua y luz. Después de que el huracán Bárbara arrasara con la Isla de León en el 2013, la situación empeoró.

Tal situación se dio a conocer a Bunker Roy, el fundador del proyecto Barefoot College –Universidad Pies Descalzos–, quien es muy conocido por sus labores como activista social hindú, capacitando a mujeres de diversas comunidades rurales de todo el mundo, para convertirlas en agentes de cambio.

abuelas-solares1

Fue así como, en octubre del 2013, Norma Fuerra Ramos, Rosa Elvia Hernández, María Aidé López y Olga Lilia Pimentel (las grandes elegidas), viajaron a Lithonia, India. Estas valientes mujeres indígenas se han dado a conocer como las «abuelas solares», pues durante los seis meses que estuvieron en la India, aprendieron a instalar paneles solares, armar lámparas led de pared y linternas portátiles, con el fin de mejorar la calidad de vida de su comunidad y, por supuesto, de ellas mismas.

Mientras estudiaron en el Barefoot College, las mujeres practicaron construyendo 120 paquetes solares, los cuales constan de tres lámparas led de pared, una linterna portátil, dos paneles solares –una de 10 watts para alimentar la linterna, la otra de 40 watts para energizar las tres lámparas–.

abuelas-solares2

Ahora, a su regreso, las «abuelas solares» han electrificado más de cien hogares en Paso del Tigre, además de su pequeña Isla de León, cuya población es de apenas 149 habitantes.

No obstante no ha sido nada fácil, por la dificultad del traslado de 29 horas, de la isla a Paso del Tigre. Para el recorrido basta únicamente tomar una lancha, un taxi, dos autobuses, una camioneta y un caballo…

«Lo más difícil fue el idioma, todo era en inglés, nos entendíamos por señas con los maestros y nos aprendíamos de memoria todo. Al principio lloramos porque no nos salían las soldaduras de las tarjetas madres. A mí me costó más, porque veía poco por la carnosidad en los ojos, pero gracias a Dios, ahí mismo me operaron y pude sacar el curso. También extrañamos a la familia, pero al final valió la pena. ¡Mírenme! Nunca pensé venir a la montaña a darles luz.» – Norma Guerra Ramos.

abuelas-solares3

@ExitoFem

Be the first to comment on "“Abuelas solares”"

Leave a comment