Linda Buck y la complejidad de nuestro olfato

«Busquen un problema en el cual estén muy interesados. Puede sonar simplista, pero no lo es, porque no quieres resolver un problema sólo porque es fácil, quieres resolverlo porque te obsesiona, lo tienes que entender. De allí viene la alegría en la investigación y los grandes descubrimientos».

Los humanos somos seres complejos y es probable que después de siglos, milenios, aún no conozcamos todos los secretos de este. Sin embargo, conforme avanza el tiempo, la ciencia avanza con él, lo que ha significado que se logren más descubrimientos, como lo hizo Linda Buck con su revelación sobre uno de los sentidos más subestimados, el olfato. Si te interesa saber más sobre el aporte de esta importante mujer en el mundo de la ciencia, sigue leyendo.

Linda nació en Seattle el 29 de enero de 1947, en el seno de una familia que tenía un gran interés por el conocimiento, pues su madre era una aficionada de los crucigramas, mientras su padre lo era de los inventos, su entorno familiar la llevó por el camino del saber. En un principio decidió estudiar Psicología en la Universidad de Washington, ya que estaba decidida a ayudar a los demás; no obstante, pronto cambió su afición, por lo que se graduó en Fisiología y Microbiología, posteriormente obtuvo su doctorado en Inmunología por la Universidad de Texas. Desde el principio su trabajo se centró en la investigación, así que cuando se interesó por un artículo que trataba sobre la capacidad del olfato para discriminar entre miles de olores distintos originados por moléculas tan semejantes, decidió enfocarse en investigar este sentido con especial atención.

En colaboración con el investigador Richard Alex, y mediante la metodología molecular, encontraron que existen 1000 genes que funcionan como receptores olfativos, los cuales son capaces de reconocer y memorizar 10, 000 sustancias odoríferas conocidas; además, cada célula olfativa está especializada para identificar cierto número de olores. En 1991 publicaron sus resultados en la revista Cell.

En 1991 se mudó a Boston como asistente de profesor en el área de Neurobiología en Harvard Medical School. Durante su estancia allí descubrió que cuando un receptor olfativo se activa por un aroma, este desencadena una señal eléctrica que es enviada al cerebro y cada célula olfatoria receptora puede identificar un número limitado de olores. Asimismo, Buck descubrió que las células mitrales, las que reciben la información de los aromas, mandan estos mismos datos a diferentes partes del cerebro. Dependiendo del estímulo olfativo se activan distintas partes de la corteza cerebral, lo que conforma un patrón particular para cada olor, de este modo se quedan “guardados” en la memoria. 

 En 1992 Linda Buck ganó el premio Takasago por su trabajo sobre la lógica del olor; en 1997 el premio Lewis S. Rosenstiel por su distinguido trabajo en la investigación médica básica; en 2003 fue declarada miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos; en 2004 Linda y Axel ganaron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su aporte a la investigación del olfato; entre otros reconocimientos. 

FUENTES: 

https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/9364/Linda%20Buck%20-%20Linda%20B.%20Buck

https://reflexioneseneldivan.blogspot.com/2014/07/mujeres-ganadoras-del-premio-nobel_1793.html

https://www.elmundo.es/elmundosalud/2004/10/04/biociencia/1096886564.html