Desde que recuerdo, soñé con tener cuatro hijos, hoy tengo dos. También deseaba ser empresaria, turista, esposa, escritora, y todo eso soy.
Tengo una esposa argentina y yo soy mexicana. Somos dos madres educando y cuidado a nuestros gemelos.
Mucha gente tiene curiosidad de saber cuáles son las diferencias, retos, dificultades, carencias, beneficios, confusiones y problemas, al ser dos mamás en vez de una.
Retos y dificultades a las que nos enfrentamos
- Año 2013, para que tuvieran el apellido legal de ambas madres, decidimos casarnos, lo hicimos después de diez años de noviazgo.
- ¿Matrimonio para homosexuales? Sólo en la Ciudad de México y en viernes, ¡menos mal que era chilanga y no era obligatorio hacerlo en martes! Hoy tenemos un acta de matrimonio idéntica a la de cualquier matrimonio heterosexual y las actas de nacimiento de nuestros hijos llevan el nombre de las dos mamás y ambos abuelos maternos. Fueron los primeros niños, hijos de lesbianas, registrados en el Hospital Español.
- En nuestras familias no hay una sola historia lésbica con hijos, por tanto, somos las primeras en cientos de generaciones. ¡Qué reto!
- Es toda una experiencia elegir al donador y sus características, nos enfrentamos a nuestros propios prejuicios y miedos. Cuando te enamoras; sea feo, gordo, borracho, bipolar o diabético no importa, pero cuando se trata de decidir exclusivamente el aspecto genético, es otra la historia.
- Elegir un donador abierto o cerrado (conocerlo en persona o jamás saber quién es) es otro de los grandes retos y decisiones.
- En vacaciones o momentos sociales, estamos expuestos como familia, a niños desconocidos que nos entrevistan frente a nuestros hijos, y al explicarles que somos dos mamás, lo que para nosotros y nuestros hijos es natural y explicamos sin ningún problema, sabemos que para otros padres tal vez sea un tema tabú.
- Jamás hemos sufrido violencia directa aunque, en forma indirecta, hemos visto horrorizadas las marchas de odio, convocadas por religiosos y conservadores.
- Uno de los mayores retos es el no delegar la totalidad de decisiones educativas en alguien más, y nos hemos visto dialogando en exceso, para encontrar qué es lo mejor para nuestros hijos. (Muchos hombres –no todos– delegan un gran porcentaje de estas decisiones a las madres).
- La exigencia del grupo conservador social, hace que cualquier comportamiento no perfecto de nuestros hijos, sea “culpa” de nuestra homosexualidad. Cosa que nos pone en el reto de entender que no somos perfectas, y tratar de no exigirnos eso como individuos, pareja o familia. Los hijos se equivocan y las madres también. Somos humanos.
Maravillas de ser dos mamás
- Si bien, a través de una relación sexual no se pueden concebir hijos –lo cual es más un beneficio que un problema– porque nunca corrimos el riesgo de “comernos la torta” ni tuvimos que usar métodos anticonceptivos; el tener dos úteros y “muchos” ovarios, nos permitió de manera muy sencilla, vía in vitro, tener unos hermosísimos bebés, sanos y saludables. ¿Es caro? Si lo es, y por tanto se puede concluir que no fue una decisión repentina, se planeó con mucho tiempo.
- En lo práctico no hay roles. Aunque confieso que algunos días muero de envidia de esos padres que se van todo el día a la oficina porque “no les toca”. En nuestro caso nos hemos organizado en una igualdad casi absoluta. Ambas sin dormir, ambas trabajando, ambas volviendo locas a las personas que nos ayudan con el cuidado de los niños, y ambas compartiendo retos tales como poner límites, respetar, educar, acompañar, aconsejar, dialogar y dar valores a nuestros hijos.
- A las clases de las tardes y los cumpleaños de compañeritos, asistimos algunas veces las dos y otros nos turnamos. Nos llama la atención la ausencia de padres de familia que trabajan muchísimo; al parecer “les toca” a las madres asistir solas a todos esos eventos “sin importancia”.
- Ambas somos empresarias, productivas, y el dinero que generamos es para nuestra familia.
- Enseñarles lo que sabemos es un placer, los roles estipulados no son una buena guía, no creo en ellos y me parecen ridículos. ¿Las mamás no sabe nada de fútbol, de herramientas, autos, ciencia, política, tecnología? ¿Somos las únicas que sabemos de recetas, moda, peinados y educación de los hijos? En mi casa todos sabemos de todo y lo que no, lo investigamos. La pasión y el gusto personal es lo que nos guía.
- Entendemos las necesidades de espacio, tener hijos por momentos puede ser saturador. Nos hemos apoyado para que, el ocio, los estudios, viajar y ver amigos, continúe en forma individual. No queremos perdernos esa parte y deseamos seguir creciendo como mujeres, en busca de autorrealización e independencia.
Como madres, ¿debemos tener un instinto casi mágico, adorando todo lo que se relaciona con niños? Mentira, muchas veces no tenemos ni idea de qué hacer y también nos disgustan labores que son tediosas y cansadas. Como cualquier otra madre o padre, hay que llevarlas a cabo, investigar, aprender y ser responsables.
No es fácil ser una empresaria exitosa, emprender un negocio y mantenerlo en crecimiento. Tampoco es fácil escribir cuentos o novelas, no es fácil tener tiempo y dinero para viajar, hay mucho mundo por conocer. Lo que puedo asegurar es que, no es nada fácil educar niños, disfrutarlos, y estar para ellos, sin perder todo lo anterior.
Amo a mis hijos, soy muy feliz y suertuda de ser madre. Estoy segura que tendremos exceso de anécdotas exitosas que contar a las siguientes generaciones.
Marcela Merino
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