María Callas, la leyenda trágica de la ópera

“Primero perdí mi voz, luego perdí mi figura, después perdí a Onassis.”

María Callas

Mujer con enorme talento musical, con una voz inigualable e inconfundible. María Callas es, sin duda, una leyenda en el mundo de la ópera, no sólo por su talento como soprano y facilidad para llegar a las más altas notas, sino por la historia que marcó su vida, llena de tristezas y decepciones.

Ana María Cecilia Sofía Kaloyerópulos, nació el 2 de diciembre de 1923 en Estados Unidos, fue hija de dos inmigrantes griegos, cuyo padre cambió su apellido intentando encajar dentro de la sociedad norteamericana. Callas, así lo decidió.

Desde pequeña demostró tener un don musical, el cual su madre quiso aprovechar al máximo metiéndola a clases de canto. Debido a la separación de sus padres, María regresó a Grecia con su madre y hermana, donde inició sus clases de canto.

La relación de Callas y su madre no fue buena. Su madre siempre la presionaba, la comparaba con su hermana, y le decía que ella no era bonita, que su único talento era su voz. María era poco femenina y gordita, y su madre la ofendía por eso. María Callas creció en un ambiente poco amoroso y carente de autoestima.

A la edad de veinte años, nuestra pequeña soprano debutó en el Teatro Lírico Nacional de Atenas, sin embargo, la Segunda Guerra Mundial la hizo volver a Estados Unidos con su padre, donde tuvo que comenzar de cero. Fue el director general del Metropolitan Opera House de Nueva York, Edward Johnson, quien le dio una segunda oportunidad a la carrera artística de Callas, brindándole algunos papeles principales en sus obras. Ahí nació la leyenda de la ópera, ganándose el título de La Divina.

Debido a que careció de autoestima propia toda su vida, no se sabía valorar y por ende, nunca consiguió una pareja con la que fuera infinitamente feliz. Estuvo casada con Giovanni Battista Meneghini, no obstante, lo abandonó para estar con Aristóteles Onassis. Magnate naviero, Onassis se robó el corazón y la voz de María. A pesar del amor profesado de María a Onassis, éste la abandonó, para casarse con la viuda de John F. Kennedy, Jacqueline Kennedy.

Desde ese momento, nuestra querida soprano, se sumió en la más profunda depresión, perdiendo su voz y su vida. Su voz se apagó el 16 de septiembre de 1977, tenía 53 años. Su voz se apagó, pero se convirtió en una leyenda dentro de la ópera y sus escenarios.

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