Es cierto que, aún hoy en día, conseguir el éxito profesional es más difícil para una mujer que para un hombre. Muchas veces nuestros sueños laborales se ven truncados, por tomar la decisión de ser madres. La indiscutible responsabilidad que supone la maternidad, y todo lo que ella conlleva, hace que tengamos que sufrir un paro en nuestra vida profesional.
Afortunadamente, los tiempos cambian y muchas mujeres aseguran haber podido conciliar su vida profesional y personal, gracias a la llegada de las nuevas tecnologías. La incorporación progresiva del freelance, el emprendimiento y los programas de conciliación, son algunas de las herramientas que lo han hecho posible.
Pero más allá de algo tan natural como ser mamá, son muchas las mujeres que siguen luchando para poder conciliar vida laboral y familiar. Las restricciones horarias, dejar todo organizado en casa, y los posibles imprevistos que puedan surgir, se convierten en el pan nuestro de cada día. Estos son algunos consejos para combinar la vida profesional y familiar.
Organización
El tiempo puede ser el mejor aliado o el peor enemigo. Como mamá y mujer activa, es importante controlarlo y planificarlo. Podemos optar por hacer una lista: al principio de cada semana, donde organicemos todas las tareas (compras, citas médicas, reuniones de trabajo), o bien diaria.
Adelantar trabajo
Ser madre no significa que rindamos menos que un trabajador sin hijos. La concentración, y una buena dosis de dinamismo, serán nuestros puntos fuertes. Demostremos nuestra eficacia y aprovechemos nuestro horario laboral. Si hacemos nuestro trabajo dentro de las horas, o algunos días los planeamos para entrar un poco antes a la oficina, y así adelantar tareas, no tendremos que quedarnos horas extra, las cuales podríamos disfrutar con la familia.
Todo en su momento
Para estar al 100%, siempre tenemos que saber separar las cosas. En casa, olvidémonos del trabajo y en el trabajo, olvidémonos de la casa. Es el único modo de ser eficaces y de aprovechar momentos de calma.
Tranquilidad
Aunque solemos estar divididas en dos mundos, hay uno muy importante que no podemos pasar por alto y es nuestro mundo. Darnos tiempo para nosotras es sumamente importante, descansar y hacer lo que nos gusta, nos permite sentirnos satisfechas con nuestra labor, tanto en el trabajo como en el hogar.
Dejarnos ayudar
Tomar la decisión de trabajar y conseguir un empleo, ya es un gran paso, y pedir un poco de ayuda no tiene nada de malo. Hoy en día nuestra pareja también debe de colaborar dentro del hogar, el reparto de tareas es indispensable para el éxito del equilibrio, entre trabajo y familia.
No nos esclavicemos
Ser madre, esposa y mujer activa no debe convertirnos en esclavas. La palabra clave para una felicidad total es: la feminidad. Demasiadas mujeres tienden a dar todo a sus personas más cercanas, poniendo en peligro su bienestar. Así que, de vez en cuando, hay que darnos algún capricho y sobre todo, ¡cuidarnos! Pensemos en nosotras mismas y no dejemos de lado todas aquellas actividades, o pequeños placeres de la vida, que nos hacen sentir bien. Todo esto nos ayudará a recordar quiénes somos, y a darnos cuenta de lo orgullosas que tenemos que estar.
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