Imagina que todo el mundo te reconozca, imagina ver tu rostro cada vez que sales a la calle, cada vez que haces una compra, pues eso es lo que le pasó a María Estela Ruíz, mujer que por años fue la imagen del billete de 10 pesos. En este artículo te contaremos sobre su vida, así como la razón por la que se volvió un símbolo nacional.
Estela Ruíz o “La Tehuana”, como popularmente se le conoce, nació en Jalapa del Marqués, en el istmo de Tehuantepec, Oaxaca, integrante de una numerosa familia conformada por sus padres, Paulino Ruiz Cruz y Enriqueta Velázquez y sus diez hijos, cinco hombres y cinco mujeres. Sus padres le inculcaron, tanto a ella como a sus hermanos, las tradiciones zapotecas, por lo que a pesar de haberse mudado a la ciudad de México no las abandonaron, tampoco vendieron el hogar que tenían en su pueblo natal, ni sus tierras; fue precisamente esto lo que la llevó a quedar como la imagen oficial del billete.
De acuerdo con María Estela su padre fue un idealista, ávido de cultura, además de participante activo en la Revolución como partidario de Francisco I. Madero, así que mudarse con su familia a la Ciudad de México formó parte de la realización de uno de los ideales de su lucha, que sus hijos recibieran una buena educación. María Estela estudió y se graduó como profesora de educación física, amaba tanto su trabajo que laboró como docente en el primer internado de señoritas indígenas, La Casa del Estudiante Indígena.
El gobierno de Lázaro Cárdenas se caracterizó por priorizar el bienestar de los mexicanos bajo el lema “México para los mexicanos”, realizó acciones como la protección de los pueblos indígenas; la nacionalización de la industria petrolera; impulsó la reforma agraria; estableció la educación pública, laica y gratuita, etc.; con este objetivo en mente promovió la implementación de imágenes que representaran la cultura mexicana en los billetes nacionales, para ese fin se organizó un concurso de trajes regionales en 1936. La Dirección de Pensiones de México quedó como encargada del evento, la cual se llevó a cabo en el antiguo Frontón México.
La regla para participar en el certamen fue ir vestidas con el traje típico de tehuana. María Estela y dos de sus hermanas participaron, Elvia y Flérida, las tres quedaron entre las cinco finalistas. No obstante, después hubo una sesión de fotos para la selección final y los retratos fueron presentados a la Casa de Moneda de México. De acuerdo con testimonios de la misma “Tehuana” la decisión fue unánime al elegir su foto.
Aunque su imagen fue utilizada muchos años ella no recibió pago alguno, aunque claro que gozó de varias oportunidades, como asistir en representación del país a la Feria Mundial de Nueva York en 1940, además de viajar a Cuba en varias ocasiones a impartir clases de danza. Tal como su padre le enseñó, vivió de su trabajo e incluso ella misma compartió lo que su padre le dijo al ganar el concurso: ‘No quiero que comercialices con tu imagen, vive de tu trabajo’. Lo cual hizo a través de los 40 años que trabajó en la educación.
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