El pasado 4 de junio de 2022 se escribió un nuevo capítulo tanto en la historia de México como en el feminismo latinoamericano, pues Katya Echazarreta se convirtió en la primera mujer mexicana en viajar al espacio. A pesar de las adversidades que se le presentaron, ella siempre creyó en sí misma y luchó por demostrar que era capaz de lograr la meta de su vida: llegar al espacio.
Katya cuenta que un día, mientras caminaba de la mano de su mamá, volteó al cielo para contemplarlo, luego vio a su madre y le preguntó que cuál era la carrera más difícil, su madre al percatarse del gusto de su pequeña por el cielo le contestó: “eso depende, pero para ti yo creo que ser astronauta”. Así fue como supo desde tan joven cuál era la aspiración de su vida. Tan solo tenía 6 años.
Tiempo después se mudó a Estados Unidos, en donde estudió ingeniería eléctrica en un colegio comunitario, luego concluyó sus estudios en la prestigiosa Universidad de California (UCLA). Después estuvo como pasante en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en la NASA, donde obtuvo un puesto permanente.
En 2019, se inscribió al programa Overview Effect y, al cabo de un año sin respuesta o contacto de algún tipo, le comunicaron que fue finalista. En la entrevista final le dijeron que ella fue la elegida de entre 7000 aspirantes. Actualmente, la joven dejó su trabajo en Estados Unidos y regresó a México para impulsar el papel de su país en la carrera espacial.
Katya invita a niñas y mujeres a no abandonar sus aspiraciones, aunque otros digan que no se puede o no lo lograrán, claro que sí se puede, ella es la prueba. Su caso nos inspira a, que como mujeres, nos atrevamos a hacer lo que deseamos, tirar las barreras que se nos quieran imponer, porque solo así se puede luchar contra la desigualdad y los estereotipos.
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