María Teresa Ramírez: la leyenda viviente del deporte mexicano

Los Juegos Olímpicos de 1968 siempre serán recordados por varios mexicanos, como el día en que María Teresa Ramírez se hizo Campeona Olímpica de nado de velocidad.

Nacida en el entonces Distrito Federal, ahora Ciudad de México, el 15 de agosto de 1954, María Teresa se conserva muy bien a sus 63 años, pues el ejercicio quedó como una costumbre muy arraigada en su vida, después de haber practicado natación por varios años de su vida.

Curiosamente, cuando era pequeña, solía ser pianista, tocando a grandes de la música como Chopin y Beethoven, sin embargo, una vez que conoció la libertad del agua, sintió una pasión desbordante, que la hizo anhelar más.

«También interpretaba a Chopin, tenía facilidad y me gustaba. Eso duró hasta que me fui a clases de natación, me gustó el contacto con el agua y lo cambié todo.»

Con un gran talento y ocho mil kilos de ganas, María Teresa se dio a conocer antes de tener doce años de edad, en los Centroamericanos y del Caribe de 1966, tras haber ganado la medalla de bronce en los 100 metros estilo mariposa, plata en el relevo 4 por 100 combinados, además del tercer lugar en los relevos 4 por 100 metros, estilo libre. Posteriormente, compitió en los Panamericanos de Winnipeg, Canadá.

Después de ponerse como meta llegar más lejos en su pasión, esta veloz nadadora dejó la escuela para dedicarse de tiempo completo a mejorar. Entrenó en doble sesión y levantó el nivel, logrando un registro de clase mundial, en la prueba de la milla en un torneo de Oklahoma.

En los Juegos Olímpicos de 1968, hizo historia, tras ganar la medalla de bronce con tan solo 18 años de edad. Ganó por una centésima de segundo a su contrincante Karen Moras.

«Los jueces me decían que yo había llegado primero, y yo me moría de nervios porque la pizarra no ponía nada, hasta que apareció mi nombre después de Debbie Meyer y Pam Krause y al lado el tiempo de 9:38.5 minutos, una centésima de segundo delante de Moras.»

Así, esta increíble reina acuática, logró antes de los 20 años, lo que muchos nadadores logran después de esta edad. Dos años después, obtendría once medallas en los Centroamericanos y del Caribe, ocho de oro, y una calle fue nombrada en su honor, en Panamá.

«Era muy chiquita, aún no era universitaria y no me pude ir a estudiar a Estados Unidos. Aún así, en los Juegos de Munich mejoré mi tiempo en 13 segundos, pero entonces la tecnología estaba adelantada y los mexicanos ya no tuvimos tanto apoyo.»

Tiempo después, egresó de la carrera de Ciencia Políticas, y aunque ahora ya no nada, no ha perdido la costumbre de mantenerse en forma, nadando 1,500 metros, tres veces a la semana, además de hacer aeróbics.

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@ExitoFem

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