Ana Gabriela Guevara, por los derechos de las mujeres y LGBT

“Creo en mi país y creo que es donde tenemos que trabajar, no en la violencia, no en promover más violencia y sí en un basta a la violencia.»

Ana Gabriela Guevara

Nacida el 4 de marzo de 1977, en Sonora, siempre se destacó como atleta. Comenzó jugando baloncesto hasta 1996, hasta que incursionó en el atletismo. Para sorpresa de todos, clasificó en la Olimpiada Nacional Juvenil de México, ganando el primer sitio en las pruebas de 400 y 800 metros, y segundo lugar en el Centroamericano Juvenil del Salvador, 1996. Así fue haciéndose notar en cada competencia a la que iba: Panamericanos de Winnipeg 1999, Santo Domingo 2003, Río de Janeiro 2007, Juegos Centroamericanos y del Caribe, Copas Mundiales de Atletismo; en todas se le otorgaron medallas.

El 2004 fue el mejor año para la atleta, pues se adjudicó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas, en la prueba de 400 metros planos femenil.

Mientras que en el año 2008 se retiró oficialmente del atletismo, no por falta de ganas ni mucho menos de pasión, tristemente fue debido a que no recibió apoyo de parte de los dirigentes del atletismo mexicano, causando que no compitiera en los Juegos Olímpicos de ese año, celebrados en Beijing. De la única manera en la que vimos su participación fue como comentarista, junto con José Ramón Fernández.

Tiempo después incursionó en la política, como senadora de la coalición Movimiento Progresista, conformada por el Partido del Trabajo (PT), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano.

Pero… ¿qué es lo primero que viene a nuestra mente con el nombre de Ana Gabriela Guevara? Podemos pensar muchas cosas en torno a ella: campeona olímpica, gran atleta, mujer exitosa, senadora, excelente corredora; pensamientos de éxito. Sin embargo, existe gente que en vez de ver lo bueno de cada persona, sólo pone etiquetas y pensamientos repulsivos: chillona, ‘no aguanta nada’, ‘merece que la hayan golpeado’, son sólo algunos comentarios cargados de odio, que últimamente abundan sobre la figura pública de Guevara.

Es desagradable saber la razón que denotó estos comentarios, poco tolerantes hacia la ex-campeona olímpica: En diciembre del año pasado Ana Gabriela Guevara fue víctima de violencia, al ser impactada por una camioneta mientras ella iba en su motocicleta. Eso no acabó ahí, cuatro sujetos que iban a bordo de la camioneta la golpearon y patearon.

Días después, Ana Guevara dio una conferencia de prensa en donde expresó lo acontecido. No obstante, las redes sociales se llenaron de mensajes de odio y réncor. Comentarios que no hacían más que denigrar a la atleta, y otros comentarios con resentimiento, los cuales evocaban que la justicia sólo se hacía a personas reconocidas y con poder.

Se entiende el disgusto por parte de las mujeres, en relación al último comentario, sin embargo, no es motivo para desear el mal ajeno y mucho menos pedir que no se haga nada. Es cierto que nuestro gobierno no es justo y existe demasiada impunidad, pero también es una injusticia que más mujeres y personas deseen el mal hacia esta ex-atleta.

Es sabido que Ana Guevara es gay y, lamentablemente, abundantes mensajes en redes sociales, evocaban su identidad sexual como si fuera algo deplorable, justificando su agresión con eso. No es posible que vivamos en un país, en un mundo en donde aún estemos tan faltos de solidaridad, empatía, y llenos de rencor y odio. Son lamentables las acciones que nuestro gobierno ha tomado, aumentando la impunidad e injusticia, pero eso no es motivo para denigrar y rebajar a otra mujer, a otro ser humano.

Mejor recordemos a Ana Guevara como lo que es: un ser humano que, como todos, merece justicia y respeto.

@ExitoFem