Caster Semenya es una atleta que ha sido campeona olímpica dos veces y ha ganado 3 mundiales de 800 metros, una verdadera deportista de alto rendimiento. El problema es que sufre de hiperandrogenismo, una condición médica que le hace producir altos niveles de testosterona para su cuerpo femenino.
Debido a esa situación, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS, por sus siglas en francés) quiso impedir que la atleta siguiera compitiendo si no tomaba medicamentos para reducir su padecimiento.
Semenya tiene el récord de 1 minuto, 54 segundos y 98 centésimas en 800 metros planos, pero a pesar de sus logros, la Federación Internacional de Atletismo la obligó a medicarse. Ella se negó e interpuso una apelación en contra de esa norma.
No obstante, el Tribunal rechazó la apelación, pero la Federación Internacional de Atletismo recibió y reconoció la decisión de la atleta, acordando en que es necesario y razonable acabar con esas medidas.
Lo injusto del caso es que esta medida se trata diferente en los hombres; a aquellos deportistas cuyos niveles de testosterona sean elevados se les permite someterse a exámenes que demuestren que eso es un asunto genético y se les concede un carnet para competir normalmente.
Lo importante es que Caster comenzó una lucha por la igualdad y paso a paso va ganando; el Tribunal de Arbitraje Deportivo falló a favor de la atleta sudafricana, por lo que las mujeres que padecen de hiperandrogenismo podrán seguir compitiendo en las pruebas femeninas.
Fuente: La Vanguardia